Amor no es el estado natural en nuestras vidas, sino más bien egoísmo e indiferencia.

El amor no se produce por ceremonias, ni tampoco por deséos imaginarios y no puede ser comprado con dinero.

El amor de ayer no me sirve de nada hoy.

Amor verdadero, es el «tener a Dios en nosotros».
Este amor debe ser renovado todo el tiempo.
Este amor verdadero es un regalo dado a nosotros.

El amor crece con las experiencias con Dios.
El amor crece, cuando nosotros mísmos lo tomamos.
El amor crece, cuando nos tomamos, es decir, cuando nos aceptamos unos a otros.