
Una vez otro peregrino me relató una historia que me gustó mucho. Ésta contiene una lección muy grande para todos nosotros los cristianos peregrinos que andamos por este camino. Esta es la historia (escrita con mis propias palabras):
Historia de la inundación de la aldea…
Había una vez un hombre cristiano que vivía en una aldea. El hombre era muy creyente así que confiaba en que Dios nunca lo iba a dejar sólo, y que siempre lo iba a proteger. Un día, fue anunciado por la radio que iba a venir una tempestad con fuertes lluvias sobre esa región. En dicho anuncio, estaban pidiéndo que la gente se fuera de la aldea para que no les pasára nada. Pues el hombre cristiano dijo que él no se iba a ir, ya que Dios lo protegería de toda tempestad o inundación.
Entonces vino una fuerte lluvia a ese lugar. Estuvo lloviendo por días, así que el lugar se comenzó a inundar. Luego vinieron las fuerzas terrestres de rescate con un Jeep, y le ofrecieron al hombre llevarlo a un lugar seguro. Pero este no quiso, ya que dijo que Dios lo ayudaría y no hombres. Pues siguió lloviendo y el hombre se tuvo que montar en un árbol porque el lugar ya se estaba copado por la lluvia. Entonces vienieron a rescatarle con una lancha, pero él no quiso aceptar la ayuda, y les dijo, que era creyente y que Dios lo salvaría. Por último, cuando ya el hombre estaba en la copa del árbol orándo para que Dios lo salve, vineron a rescatarle en un helicóptero. Pero el hombre decidió seguir esperando por la ayuda directa de Dios, y de esta forma se ahogó.
Creyentes verdaderos van al cielo…
Bueno como el Hombre era un buen cristiano fue entonces al cielo. Cuando llegó allá le preguntó a Dios que porqué no lo salvó en su angustia si Él había prometido en Su Palabra que ayudaría. ¿Saben cual fue la respuesta? Dios le dijo: Primero mandé a que anunciáran la tempestad por la radio, y me aseguré de que lo escucharas. Después te mandé un Jeep, luego una lancha y por último un helicóptero, y también lo rechazástes… ¿Que más querías que hiciera?
En esta historia nos damos cuenta que, como el hombre era un creyente verdadero, entonces fue al cielo después de su muerte. Nosotros los que como peregrinos andamos por este camino de la fe sabemos que esto es lo que nos espera al final del viaje. Por ello debemos continuar y perseverar hasta el fin.
Dios nos habla de diferentes formas…
Como segundo nos damos cuenta, que es algo muy triste el no poder reconocer la ayuda de Dios en su momento. Hay que saber que Dios habla de diversas maneras. Muchos cristianos se pasan la vida esperando por que Dios los ayude en alguna situación o problema. Y muchas veces no se dan cuenta de que Dios ya lo está haciéndo. Frecuentemente esto sucede porque no queremos que Dios nos ayude a Sú manera, sino de la manera que nosotros queremos.
Lo mismo se aplica a las personas atéas que dicen por ejemplo: ¿Si Dios existe porqué no hace esto o lo otro? ¿O porqué no se me aparece ahora? Y otras cosas como esas. En otras palabras, se olvidan de que Él es Dios, y no ellos. Sus propias maneras de pensar o de ver las cosas los ciega de tal forma, que no se dan cuenta cuando Dios les está hablando. O cuando Dios los está llamando. Por ejemplo, no cáptan como la perfecta naturaleza todos los días les da testimonio del Creador.
Debemos reconocer lo que Dios está haciéndo en el presente…
Un error frecuente en los creyentes es reconocer sólamente lo que Dios ha hecho en el pasado, y quizás lo que hará en el futuro. Sin embargo, no pueden ver lo que Él está haciendo en el presente, es decir, hoy! Muchos aceptan y creen lo que Dios hizo hace dosmil años, hace 600 años, etc., pero lo que Él hace hoy, es pasado por alto. Qué triste…