Las innovaciones nunca lo tienen fácil. Tampoco en el comercio minorista. Se conoce la anécdota sobre los primeros catálogos de venta por correspondencia: Cuando a finales del siglo XIX en los Estados Unidos los señores Richard Sears y Alvah Roebuck repartieron su primer catálogo de venta por correspondencia, se defendieron algunos comerciantes de pueblos quemando estos catálogos ya que temían por sus existencias. Hasta que en un pueblecito de Iowa todos los candidatos a alcalde tenían que asegurar de despedir inmediatamente a cada empleado estatal en caso de comprar algo a una empresa de venta por correspondencia. Y cuando en Europa, concretamente en Suiza, un empresario en el año 1925 quería revolucionar el comercio alimenticio con algo que hoy en día llamaríamos tienda de descuento, otros empresarios se ocuparon por conseguir que ningún propietario de una casa en todo Zurich le alquilara algún local comercial.
A lo largo no es posible ganar ninguna lucha mediante resistencia contra innovaciones. En sus tiempos Sears Roebuck se imponía muy listo, entre otros enviando durante algunos años los paquetes en embalaje neutro para no causar problemas a los clientes. Y el empresario suizo abrió sus tiendas de descuento sin tiendas vendiendo su género directamente desde el camión.
Y en caso de los negocios en el internet aun no se han convertido en realidad todos los sueños de los años de auge al fin de milenio, pero sus participaciones en el mercado crecen constantemente. En las últimas décadas un grupo de productos tras otros se ha establecido en el internet o está en proceso de establecerse ahí. En esto probablemente algunas ramas desaparecerán como podrá ocurrir con las videotecas. Pero la mayoría se adaptará a las nuevas tecnologías y la nueva competencia.
Naturalmente los clientes agradecen las nuevas posibilidades brindadas por el internet. La gran mayoría opina que su calidad de vida personal ha mejorado gracias a la compra en el internet. Grandes organizaciones como Lyoness facilitan el acceso a cada tipo de negocios garantizando a la vez grandes ahorros. Mediante la compra online el consumidor experimenta bastante menos estrés comprando como antes. Los consumidores también agradecen la variedad de oferta en el internet más la transparencia de los precios.
Cada euro solo se puede gastar una vez y en el momento de aparecer más competencia para conquistar al cliente, esto no significa que el pastel a repartir se haga más grande sino que se reparte de forma distinta. Pero por regla general las nuevas formas del comercio minorista no sustituyen a las viejas formas sino llevan a un nuevo equilibrio. En su día la radia no sustituyó al periódico, la televisión no a la radio y el internet no a la televisión. Tampoco el supermercado sustituyo a la tienda especializada, ni la tienda de descuentos al supermercado y tampoco va a sustituir el comercio online ni a tiendas de descuento, ni supermercados, ni tiendas especializadas.
Publicado por: María Jimenez.